Represión y liberación femenina en su vestimenta

El proceso elaborativo del sujetador se sitúa a caballo entre el siglo XIX y el siglo XX, época de grandes cambios políticos y sociales (movimientos obreros y feministas, socialismo, ...). Éstos se observan en los nuevos valores morales que intentan desprenderse de las limitaciones puritanas, como la ausencia de contacto con otros cuerpos, la lentitud de los movimientos, la modestia en la mirada o el porte rígido. También es determinante la Belle Époque en Francia y los discursos científicos del momento.

Para no remontarnos a épocas muy anteriores (ya en la antigua Grecia, concretamente en Creta, existían prendas que se asemejaban al sujetador), empezaremos hablando de Susan Taylor Converse, quien a finales del siglo XIX, en 1874, creó el llamado Union Under-Flannel. Se trata de una pieza de ropa interior, semejante a una camiseta, que tiene unas barillas justo debajo del pecho que permiten sujetarlo.

Ya en el siglo XX, se quiso acabar con la rigidez que suponía utilizar corsé y, casi simultáneamente, Mary Phelps Jacobs y Paul Poiret, en Estados Unidos y Francia respectivamente, diseñaron el primer prototipo de sujetador. En un primer momento, el sujetador estaba formado por dos "bolsas" de tela, que posteriormente (hacia 1920), con la llegada de la tela elástica permitieron mucha más comodidad. Es en este momento cuando esta prenda tiene más auge ya que se la consideró un símbolo de libertad respecto al corsé y simbolizaba la nueva mujer.

Ya en la segunda mitad del siglo XX, el sujetador que, en un primer momento, había significado todo un símbolo de liberación femenina, es interpretado por algunos movimientos feministas un modo un más de represión. Estas mujeres veían el sujetador como el símbolo de la mujer tradicional que ahora querían cambiar reivindicando, por ejemplo, la igualdad legal con el hombre o el derecho al aborto. Es en este contexto donde algunos de estos grupos, sobretodo en Estados Unidos, hicieron las famosas quemas de sujetadores.

Cabe decir, que la liberación femenina no sólo se centra en el sujetador sino que se extiende a todas las prendas (desde las faldas, que se acortan, hasta los bañadores, con la aparición del bikini). No obstante, hemos visto como el sujetador, que había sido considerado un símbolo de liberación femenina, hacia los '70s y '80s, es visto como una prenda tradicionalista que albergaba ideales que se prentendían cambiar. Por tanto,  podría decirse que el sujetador fue una liberación en si mismo y a la vez sirvió como estandarte de las nuevas reivindaciones femeninas.

ANDERSON, Bonnie S. y ZINSSER, Judith P., Historia de las mujeres: una historia propia (Vol. 2), Editorial Crítica, Barcelona, 1991.

DUBY, Georges, PERROT, Michelle, Historia de las Mujeres -Siglo XX, Editorial Taurus, Madrid, 2003.

COURTINE, Jean-Jacques, Historia del cuerpo: Siglo XX, Editorial Taurus, Madrid, 2006.